"Cuerpos Dóciles". Susana Di Pietro, artista e investigadora en educación |
La Ley 1420, que data de 1884 estableció que la educación primaria argentina sería obligatoria, gratuita y laica, cerrando formalmente una discusión con los partidarios de la educación “libre” , que querían incluir la religión como parte de la educación común. La educación religiosa quedaba así en la decisión de los padres, y se impartiría fuera del horario escolar, o sea fuera de la obligatoriedad.
No obstante, gracias a la autonomía, algunas provincias aún tienen como materia obligatoria “religión” (católica, claro) en sus escuelas de gestión estatal. Pero ese no es el eje de la discusión que quiero dar en este post, al menos por ahora (será el próximo, tal vez).
Lo que quiero discutir es la fuente que legitima ciertas opiniones, representadas fundamentalmente por el sector más conservador de la Iglesia Católica, en sus voces más resonantes y conocidas mediáticamente. Me parece importante porque discuten la Ley, proponen no cumplir las leyes como alternativa educativa. Y tanto pesan estas voces, que a veces sirven como sustento a jueces y docentes para argumentar la “objeción de conciencia” (¡en un estado de derecho!) a la hora de ejecutar una Ley o enseñar Educación Sexual.
Claro que opinar podemos opinar todos sobre la educación, porque eso también la hace un bien público. Pero está claro que ninguno de nosotros, en tanto individuos o parte de un colectivo, podemos determinar qué se enseña en las materias de la educación común, primaria, secundaria o la que sea. Si queremos participar de debates, espacios de construcción curricular podemos hacerlo. De hecho en el 2006 siendo presidente Néstor Kirchner, se abrió un espacio de discusión popular que llegó a dar forma a la actual Ley de Educación Nacional, una de las leyes más participativas y consensuadas que haya sido sancionada.
Pero nadie que no sea el Estado, a través de sus ministerios de educación nacional y provinciales puede decidir qué tiene que enseñar un maestro en el aula. (Por suerte! Imaginen la presión que algunas iglesias, empresas y corporaciones harían para imponer sus necesidades, mucho más de la que actualmente hacen).
Porque lo que se enseña en las materias es una norma a cumplir, lo aprueba cada Consejo General de Educación en las Provincias. Y nunca puede ir por el costado de las Leyes nacionales, menos aún estar en contradicción con estas. Entonces, cuando los referentes de la Iglesia Católica salen a criticar y a veces directamente recomendar no enseñar ciertos contenidos y materias, proponen desobedecer la Ley.
El Estado es el principal garante de la educación pública para todos. Eso quiere decir, por ejemplo, que las materias, la normativa, el reconocimiento de títulos y la estructura de la escuela es la misma para las escuelas de gestión estatal y las de gestión privada, para las escuelas que están en manos de confesiones católicas, evangélicas, judías, etc. Eso, entre otras cosas, hace que la educación sea común y pública.
Porque las familias educan en sus creencias, valores, tradiciones e idiosincrasia particulares, y es allí, en el seno privado de la familia donde puede decidirse educar a los hijos en alguna doctrina religiosa. Pero las familias no deciden qué se enseña en las aulas. Pueden elegir un proyecto institucional, una u otra oferta educativa, una u otra escuela. Pero la escuela como institución pública es la encargada y responsable de educar a la ciudadanía para la ciudadanía.
Entonces, por ejemplo, la Educación Sexual Integral no queda a criterio del docente, de los padres, de la Iglesia Católica u otras iglesias. Desde el año 2007, tal como lo dice la Ley 26.150, es obligación del Estado educar a la ciudadanía en estas cuestiones. Y la institución que tiene el Estado para eso es, justamente, la escuela. Por ende, es un derecho de los niños y jóvenes tener educación sexual integral en la escuela, y en tanto derecho es responsabilidad indelegable del Estado hacer que se cumpla. Por eso, todas las escuelas, de todas las provincias TIENEN que dar en sus aulas Educación Sexual Integral.
Y desde la perspectiva que marca la Ley, que NADA tiene que ver con desaconsejar el uso de preservativos y condenar el matrimonio igualitario (¿les suena?). Para esto los equipos del Ministerio de Educación nacional han desarrollado excelentes y muy respetuosos contenidos y materiales didácticos.
Y no es tema de gustos, preferencias o principios: son la Ley de Educación Nacional. y la Ley de Educación Sexual Integral. Es la educación como bien público, y eso quiere decir de todos, como derecho y como responsabilidad.
Referentes de educación de la Iglesia Católica: la ciudadanía se contruye SIEMPRE, por acción u omisión. Por eso, en las escuelas, incluso en las suyas, incluso ustedes, todos hacemos política.
Pero sobre todo, como religión oficial y parte del Estado -que también sostiene muchas de sus escuelas- todos tenemos que cumplir las leyes.
Queda un largo, muy largo camino por recorrer. Empecemos: Educación Sexual Integral en las escuelas para todos, que también somos todas.
Más allá de la discusión de género que podrá salir de acá.. quisiera señalar otra cosa que me quedó sonando en la cabeza (y que no excluye el tema de género, pero no lo centraliza):
ResponderEliminarHay una clara relación Estado Poder Religión. Ahora, de ahí saco: Estado Laico, Tres Poderes, Iglesia Católica (como institución)y se me ocurre lo siguiente:
Por qúe remarco esos tres puntos? Porque en una parte vos decis lo siguiente:
"Entonces, cuando los referentes de la Iglesia Católica salen a criticar y a veces directamente recomendar no enseñar ciertos contenidos y materias, proponen desobedecer la Ley."
Y despues me acuerdo del debate / conflicto (?) que se desató cuando se proponia que la religión cristiana no debia simbólicamente (?) monopolizar el poder judicial (con las cruces en juzgados, jurar sobre la biblia etc).
Es decir, ellos no desobedecen-a su criterio- nunca ninguna ley porque el Estado, y dentro del mismo, el poder judicial, la aplicación y control de las leyes, están por debajo de la Iglesia Católica. El marco normativo se rige bajo el paraguas Moral impuesto por Roma. Y entonces... la educación sexual queda así... y las discuciones sobre el aborto son incorrectas... Porque que la Iglesia católica tenga tanto poder en el Poder judicial (valga esa repetición), simbólicamente también nos marca lo correcto de lo incorrecto, lo permitido de lo que no ,dentro del imaginario y el marco normativo social. Y por eso, también puede interferir en otras esferas de la vida y ciudadanía. Sobre todo aquellas que a su entender "disciplinan" desde pequeñxs.
Y me centro por sobre todo en el Poder Judical, porque, a mi parecer, por lo menos, ndentro del parlamento, debe competir con otras uerzas (ideas) y en el ejecutivo.. bueh.. ya sabemos quién es soberana. Aun así mal no vendría que Argentina se torne en un Estado Laico...
El post me parece correcto. El Estado debe dar educación laica y definir sus propios contenidos mínimos; la Iglesia, si quiere, puede dar esa educación mínima y sumarle contenidos religiosos u otros (que es lo que ocurre). Hay escuelas católicas, judías, árabes, ortodoxas rusas y de otras religiones en el país.
ResponderEliminarSólo quiero marcar una cosa: para quienes verdaderamente profesamos una fé, tenemos una religión que practicamos, sabemos con certeza de la existencia de un Dios creador, del tiempo, el espacio, la materia, la vida, etc., eso es muy fuerte y por supuesto que su decálogo está por encima de las leyes que los humanos nos damos (otro tema es la legitimidad de las normas que quienes dicen representar a ese Dios en la tierra proponen como emanadas de su "doctrina"). Pero de cualquier modo, hay que saber respetar este sentimiento. Es difícil juzgar a otro sin ponerse en su lugar; se termina censurando su pensamiento por no comprender la trascendencia de las circunstancias que lo condicionan.
Esteban
Esta bien el posteo, estoy de acuerdo con el, pero hay un problema, que este país tiene religión oficial. Si, es algo retrogrado pero lo tiene y algunos se amparan en eso para tener crucifijos y toda la demás parafernalia católica, y junto con ella, la moral católica, la cual paradojalmente está defendida desde La Rosada al negarse a discutir seriamente sobre aborto. Y si ya desde la cabeza del ejecutivo que no quiera dialogar sobre un tema vital, es muy complicado pedir educación sexual.
ResponderEliminarSaludos
http://divagacionesdelpato.blogspot.com